El yak es un bovino grande y peludo originario de la región del Himalaya en Asia Central. Están bien adaptados para vivir en altitudes elevadas y climas fríos, con su pelaje grueso y sus pulmones grandes que les permiten prosperar en estas condiciones difíciles. Los yaks a menudo se utilizan por su leche, carne y piel, así como para el transporte y arar los campos. También son muy venerados en las culturas tibetana y budista, a menudo siendo vistos como símbolos de fuerza, resistencia y pureza espiritual.